
Eso es... yo soy el descosido, o el roto... aún no lo sé demasiado bien.
¿Alguna vez has oído un chiste tantas veces que ya no sabes por qué tiene gracia? Y un día lo oyes otra vez y de repente es nuevo. Entonces recuerdas por qué te gustó tanto la primera vez. Y aquel fue el último chiste de mi padre supongo. Un hombre cuenta sus historias tantas veces que al final él mismo se convierte en esas historias. Siguen viviendo cuando él ya no está. Y de este modo el hombre se hace inmortal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario